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Introducción

La isla de Tenerife sorprende por la gran variedad y bellaza natural de sus paisajes. En el corazón de la isla se encuentra el Teide, con 3.718 metros altitud rodeado por una vegetación exuberante que contrasta con la aridez y rocas vocánicas. Las playas paradisiacas de arena negra se combinan con otras de tonalidad dorada. Lugares encantadores tanto en la costa como en el interior que nos invitan a conocer cada rincón.

Acantilados de los Gigantes, paredes prácticamente verticales de roca negra que se alzan sobre el mar de color azul intenso. En primer plano se ven las tejas de los tejados de algunas casas junto a palmeras.